Una buena alimentación es uno de los pilares fundamentales para que tu mascota tenga una vida larga, activa y saludable. Sin embargo, no siempre es fácil saber si está recibiendo todos los nutrientes que necesita. En esta nota, te contamos cómo identificar si tu perro o gato está bien alimentado, qué factores influyen y qué hacer en caso de detectar signos de una nutrición deficiente.

¿Qué significa que una mascota esté bien alimentada?

Estar bien alimentada no significa simplemente que tu mascota coma todos los días o que tenga apetito. Significa que recibe una alimentación completa, equilibrada y adecuada para su etapa de vida, tamaño, nivel de actividad y estado de salud.

Los principales factores que se tienen en cuenta son:

Edad: cachorros y gatitos tienen necesidades muy distintas a las de un adulto o un animal mayor.

Tamaño: los perros de tamaño grande y gigante grandes  fórmulas distintas a las razas pequeñas, y lo mismo ocurre con gatos de interior con respecto a  gatos más activos.

Afecciones de salud: animales con sobrepeso, alergias, enfermedades renales o problemas digestivos necesitan dietas específicas.

Nivel de actividad: no es lo mismo un perro que camina tres veces por día que uno que sale a correr con vos todos los días.

La buena alimentación se basa en ofrecer un alimento formulado por profesionales, con ingredientes de calidad y en las cantidades correctas según recomendación veterinaria.

¿Cómo darte cuenta si tu mascota está bien alimentada?

Existen varios indicadores que podés observar en casa y que te pueden dar pistas sobre si tu mascota está recibiendo los nutrientes que necesita:

Pelo y piel: un pelaje opaco, seco o con caída excesiva puede indicar deficiencia nutricional. Lo mismo ocurre con irritaciones o piel escamosa.

Peso corporal: tanto el exceso como la delgadez pueden ser señales de una alimentación inadecuada.

Energía y comportamiento: si tu mascota está apática, duerme más de lo normal o se muestra desganada, algo puede estar fallando en su nutrición.

Digestión: heces muy blandas, diarrea frecuente, vómitos o gases pueden ser una señal de que el alimento no está siendo bien tolerado.

Uñas y encías: uñas quebradizas o encías pálidas también pueden ser señales indirectas de deficiencias.

Frente a cualquiera de estos signos, lo mejor es hacer una consulta con el veterinario. Muchas veces, un ajuste en la dieta mejora notablemente la salud general del animal.

¿Qué hacer si tu mascota no está bien alimentada?

Lo primero es consultar con un profesional. No se recomienda cambiar el alimento por cuenta propia sin tener un diagnóstico o una indicación clara. El veterinario podrá hacer lo siguiente:

-Evaluar el estado general de tu mascota.

-Pedir estudios si lo considera necesario.

-Recomendar un alimento específico (terapéutico o de mantenimiento).

-Indicar la cantidad justa que debe comer por día.

También es clave evitar los alimentos caseros improvisados, carnes crudas ( pueden estar contaminadas) o las sobras de comida humana, ya que pueden provocar desequilibrios nutricionales, incluso si tu mascota los acepta con gusto.

Una vez que se realiza el cambio alimentario, es importante dar tiempo a la adaptación, seguir las instrucciones del veterinario y observar los cambios en el estado general. En muchos casos, la repercusión positiva se nota rápidamente: más energía, mejor pelo, digestión más estable y mayor bienestar general.